El segundo gobierno del Arquitecto Fernando Belaunde Terry inició con la toma de mando el 28 de julio de 1980 y finalizó en 1985. Durante sus cinco años de gobierno hubieron muchos altibajos y crisis.
Las dos principales crisis que vivió el país fueron las de la embajada peruana en Cuba, en la que un grupo de cubanos se refugiaron en la embajada peruana, lo que originó que Fidel Castro le quite la inmunidad diplomática a la embajada. La crisis inició en enero de 1980 y finalizó en junio. La otra crisis que enfrentó fue la del “falso Paquisha”, la cual conllevó a un riesgo de guerra con Ecuador.
Además, su gobierno se vio afectado por el terrorismo, específicamente por Sendero Luminoso. Abimael Guzmán, líder de Sendero, le declara la guerra al Estado Peruano en Ayacucho en 1980. Ante aquellos hechos, Belaunde no toma las medidas necesarias, por lo que, en los próximos años, el terrorismo fue avanzando sin que nadie los detenga.
Belaunde recibió un gobierno muy problemático, se podría decir, que atravesó una crisis económica dura. Desde la época de Velasco, la inflación del país fue subiendo. La inflación en el gobierno de Belaunde incrementa de 70% hasta un 125% anual. También, hubo una devaluación de la moneda, por lo que se cambió la moneda nacional de el Sol de Oro al Inti.
La deuda externa incrementó notoriamente. De 10,000,000,000 dólares que se debían, incrementó a 14,000,000,000; un 40%.
También tuvo que manejar la resección mundial de 1980 a 1982, por lo que los precios de todas las materia primas cayeron. Hecho que no favoreció en lo más mínimo al Perú, ya que los precios de sus exportaciones cayeron.
Por si fuera poco, tuvo que sobrellevar el devastador fenómeno del niño de 1983. El cual produjo inundaciones, sequías, perjudicó la agricultura e infraestructura. Se estima que este fenómeno del niño conllevó a la pérdida de miles de millones de dólares por parte del gobierno peruano.
En conclusión, se puede afirmar que el gobierno de Belaunde pasó por muy duras situaciones, de las cuales solo algunas pudieron ser manejadas. Hubo una buena intención de manejo económico, pero en muchos momentos faltaron medidas radicales y drásticas para ponerle fin a las crisis o problemas que surgieron durante el periodo. Se puede considerar que fue un gobierno de espera, ya que no hubieron grandes cambios o progresos significativos.
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