La oligarquía y el estado oligárquico:
Visión de nación y exclusión social
Después de la guerra de
Pacífico, el patrón de crecimiento y distribución demográfico siguió su curso,
es decir que continuó con un lento crecimiento urbano, básicamente limeño, y
creciente predominio de la costa. La población de lima pasó de 120.000 en 1876
a más de 200 mil en 1920, una buena parte de la población limeña eran los
residentes que habían venido de los departamentos cercanos a la capital. Hablando
del casco urbano, la parte del terreno habitable, este también crecía
lentamente. Paso de una 500 hectáreas a inicios del siglo XIX a 1.292 hectáreas
en 1920. Las otras ciudades del país, como Trujillo o Arequipa, crecían mucho
más lentamente. De un punto de vista demográfico, se puede constatar el
centralismo limeño en el periodo que va desde 1840 hasta 1920. Debido a que la población
de Lima aumenta ocho veces y su tamaño crece menos de tres veces en ese lapso
de tiempo, resulta en un aprovechamiento intensivo de los espacios urbanos y un
hacinamiento en las viviendas; es más, para 1920, un 40% de las familias
limeñas vivían en un solo cuarto. El comercio de cuartos era muy intenso debido
a la cantidad de gente que buscaba alojarse en Lima. Desde los comienzos del
centralismo, 1840, el número de pequeños y grandes establecimientos
industriales se iban multiplicando. Pero hasta 1920, el Perú seguía siendo
rural, y no solo rural sino también andino. Fuera de la zona central de Lima, prevalecían
las haciendas y las comunidades. Sobre esta base territorial y poblacional, se
dio un enorme crecimiento económico entre 1890 y 1920, basado en las
exportaciones de materias primas y en una industrialización afincada en Lima. A
mediados del siglo XIX, el país se termina de articular en dos sectores, el
moderno y el tradicional. Este último ocupa la sierra sur y el oriente
amazónico. En todo este proceso hubo una élite política y económica establecida
en Lima y en otras ciudades de la costa. Se construyó una sociedad piramidal y
centralizada. La oligarquía se constituye en estos años como un núcleo de
familias adineradas que se ubican a la cabeza de una sociedad fragmentada. Estas
familias poseían haciendas azucareras y algodoneras en la costa peruana;
algunas minas en la sierra; bancos, empresas de seguros e inmobiliarias en
Lima. Algunas de estas familias eran, la familia Aspillega, la familia Pardo,
la familia Gildemeister, etc. No todas las familias de la oligarquía se
encontraban en Lima, también en otras zonas de la economía moderna, por ejemplo
en Arequipa la familia López de Romaña. La economía de esta época estuvo
controlada básicamente por las familias que conformaban la oligarquía y por el
capital foráneo, cabe resaltar que las familias de la oligarquía movían sus
capitales a actividades altamente rentables y es por ello que no se desarrollaron
como una burguesía industrial. Los miembros de la oligarquía eran parte del
partido civil, y es por ello que el partido civil domina el Estado Peruano de
1895 a 1919, con la excepción de los años 1912 a 1914 donde gobierna Billinghurst.
La oligarquía también manejo el espacio social. La mayoría de las familias de
la oligarquía había conseguido su fortuna en la época del guano. El resto de la
sociedad era fuertemente excluido, además tenían una idea racista respecto a
los indios, mestizos y negros, la gran mayoría del país. En ese entonces se
creía en Europa y en norte américa la existencia de razas superiores e
inferiores, hasta adaptaron las ideas de la evolución de Charles Darwin al ámbito
humano. A fines del siglo XIX se practicaba el liberalismo, hasta inicios del
siglo XX se practicó y después se practicó el positivismo. En 1896 se les niega
el voto a los analfabetos; años después, para mantener el orden, se plantea dar
educación a los pueblos que no la tenían. Los miembros de la oligarquía consideraban
que no había suficientes progresos porque la mayoría de la población eran los
negros, los chinos, los indios; y a ellos los consideraban inferiores. En un
momento se propuso la importación de migrantes europeos para “mejorar la raza”.
En la ciudad de Lima, la surgente clase media también muestra un desprecio
hacia los indios, chinos y negros. Debido a que se formo un Estado Oligárquico,
si un hacendado enfrentaba un motín, el gobierno lo apoyaba; el estado no podía
ejercer mayor autoridad ya que estaba controlado por la oligarquía, así es como
estuvo manejado el Perú durante los años de la oligarquía, nadie podía enfrentarla.
El gamonalismo peruano
La hacienda serrana a
inicios del siglo XX, tal como se desprende de sólidos estudios hechos para
Puno, Cusco o Ayacucho, muestra claramente su carácter de empresa pre
capitalista. Las haciendas en esas zonas eran poco productivas a pesar de las
enormes extensiones de sus tierras. Debido a la mano de obra barata la economía
pudo subsistir en las haciendas. Algunas de las familias que eran “ricas”,
alquilaban el trabajo de los indios más pobres. Las haciendas serranas retoman
su auge gracias a la exportación de lanas. El gamonalismo se produce en el Perú
andino del siglo XIX, este se produjo lentamente. Lo esencial del gamonal es
dominar la mano de obra indígena y no el soporte económico. Como la oligarquía desconoce
el Perú y mira mas a Londres que al Cusco o Ayacucho, necesita del gamonalismo
para ejercer todo su poder y mantener la integridad nacional. La oligarquía deja
el poder regional al gamonalismo, a cambio de su fidelidad y control local. Debido
a que los gamonales son blancos, pero también hay mestizos e indios, la relación
con la población indígena es mejor que la que tenían con los de la oligarquía. Pero
de igual forma, los gamonales eran violentos con los indígenas. En 1912, cuando
el civilismo se fracturó, muchos gamonales apoyaron a el contrario tratando de
conquistar el poder local. Entre 1890 y 1920, durante el auge de la explotación
del caucho, colonos y el jebe, Iquitos se convirtió en una ciudad cosmopolita;
durante la explotación, la población de Putumayo disminuyo en 80%.
Después de observar esto,
nos damos cuenta lo que sucedió para que el Perú produzca fortunas, la opresión
de los indios y otros más fue requerida para lograrlo. La violencia a fin de
cuentas no era una fuente confiable para el éxito del país.
Trabajo influenciado por: Sección IV: La forja de la sociedad contemporánea
De: Fernando Armas Asim
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